Un año después del estreno de Love Me Tender (1956), llegaría a las salas de cine norteamericanas Loving You (1957), el primer largometraje de Elvis Presley como actor protagonista en el séptimo arte. Esta película, hecha a la medida para el lucimiento de la joven y prometedora estrella en la gran pantalla, cuenta la historia de Deke Rivers (Elvis Presley) un humilde repartidor de gasolinera que un día, para entretener un aburrido evento político en el condado de Delville, canta una frenética canción en lo alto de un escenario, volviendo estupefactos tanto a los hombres como a las mujeres del lugar, y llamando la atención de Glenda Markle (Lizabeth Scott) una inteligente publicista, y la de su exmarido, Tex Warner (Wendell Corey), un músico country en horas bajas. La señorita Glenda propondrá al joven Rivers unirse a la banda de música de Warner para recorrer, junto a ellos, otros condados y localidades del extenso territorio norteamericano, logrando así una fama inicial y un sitio en la industria musical estadounidense de la época.
Su director y coguionista, Hal Kanter (1918-2011), debutaría en el séptimo arte con este aceptable largometraje, aunque, a lo largo de los años, su carrera se centraría en el formato televisivo consiguiendo tres premios Emmys en la categoría de “Primetime”. Asimismo, entre él y Herbert Baker, desarrollaron un guion basado en una historia de Mary Agnes Thompson sobre la vida cotidiana del propio Elvis Presley (historia verídica creada a partir de los escándalos generados por el tipo de música que hacía Elvis a mediados de los años cincuenta en los Estados Unidos, es decir, el rock and roll). Entre los aspectos destacables de la película, destaca la interpretación de Elvis Presley debido, en gran parte, al paralelismo establecido entre el protagonista de la obra, Deke Rivers, y el mismo Elvis Presley (anteriormente, el cantante había comentado lo extraño que le había resultado interpretar a un personaje con una personalidad relativamente diferente a la suya en Love Me Tender). Por último, es preciso comentar que dicho filme estuvo producido por el famoso productor cinematográfico Hall B. Wallis (figura esencial del cine con grandes títulos en su trayectoria como Robin de los bosques, Casablanca o Valor de ley), quién, viendo el potencial artístico que presentaba Elvis, produciría muchas de sus películas -en los años siguientes- para lanzar al estrellato al joven artista en la industria audiovisual.
Si hay una secuencia que resume perfectamente la trayectoria cinematográfica de Elvis, ésa sería la escena de la pelea en el restaurante. En ella, Deke Rivers se encuentra cenando tranquilamente con su compañero Skeeter (Paul Smith), hasta que el novio de una mujer, que se encuentra también en dicho local, le insiste que cante una canción para ellos. Rivers en un primer momento se niega, pero viendo que la situación puede acabar en una peligrosa reyerta entre el novio y Skeeter, accede a cantar una canción (“Mean Woman Blues”). Una vez acabado el espectáculo y siendo vitoreado por el público que cenaba en el restaurante, Rivers y el novio se enzarzan en una dura pelea, saliendo victorioso el propio Rivers. En esta gran secuencia, de apenas seis minutos de duración, se conjugarían los tres factores determinantes en la posterior carrera de Elvis: chicas, música y peleas.
En términos económicos, Loving You recaudó la extraordinaria cifra de 3,7 millones de dólares, convirtiéndose en la quinta película más taquillera de toda la filmografía de Elvis. A su vez, la banda sonora original del largometraje consiguió el primer puesto en las listas musicales de Estados Unidos (Billboard 200) y de Gran Bretaña (Official Albums Chart), certificándose como disco de oro en abril de 1968. Entre las canciones que incorpora este álbum, se incluyen auténticos éxitos como “Mean Woman Blues”, “(Let Me Be Your) Teddy Bear”, “Loving You”, “Got a Lot o' Livin' to Do”, “Lonesome Cowboy”, “Hot Dog”, “Party”, “Blueberry Hill”, “Don't Leave Me Now” o “I Need You So”, produciéndose una circunstancia bastante utilizada y empleada en la industria musical y cinematográfica de cualquier época: mientras que la película promocionaba las ventas del álbum musical, el álbum musical hacía exactamente lo mismo promocionando la película.
En definitiva, nos encontramos ante un prototipo de obra frecuentemente producida, a lo largo de los años, en la trayectoria cinematográfica de Elvis Presley. Es decir, proyectos de rápido rodaje, de bajo presupuesto económico, con una destacable subtrama romántica (normalmente finalizando de manera positiva para nuestro protagonista) y con una trama principal basada en la consecución del éxito y la fama en el mundo de la música, por parte de una serie de personajes humildes, pobres y, hasta ese momento, grandes perdedores en la vida (conocidos coloquialmente en el ámbito anglosajón como “losers”). De hecho, inicialmente esta fórmula de producción funcionaba a las mil maravillas: las películas de Elvis eran grandes éxitos de taquilla en los Estados Unidos, pero, poco a poco, esta gallina de los huevos de oro dio paso a producciones de baja calidad y continuas caricaturas de sus personajes anteriores, debido a la repetición constante de la fórmula previa del éxito y a la saturación de sus filmes en el mercado cinematográfico (como más adelante veremos, en la década de los años sesenta, Elvis Presley estrenaba una media de entre dos a tres largometrajes al año, manteniendo todos ellos un similar estilo narrativo y estético).
Carlos Grossocordon
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